Ante carácteres tan divergentes es lógico pensar que sacar a tu gato a dar una vuelta con una correa no va a ser una tarea tan fácil como la de hacerlo con un perro, siempre presto a acompañar a su amo

Los gatos y los perros son mascotas encantadoras y sus atributos hacen que sean miembros añadidos a muchas familias. Sin embargo, cuando se habla de uno u otro, se debe tener en cuenta las enormes diferencias existentes entre ellos. ¿Se puede pasear un gato? ¿Será igual o parecido a pasear un perro?

¿Qué diferencias hay entre un perro y un gato como mascota?

Independencia

Los felinos son animales mucho más independientes que los perros; un gato tiene mucha mayor tolerancia a la soledad. De hecho, si un gato tiene alimento y agua, puede estar solo aproximadamente tres días sin mayor problema.

Pasear un gato

Por su parte, los perros son mascotas que necesitan mucha mayor cercanía con la gente, en especial con sus dueños. Un can requiere de un cuidado y atención permanentes, y es que la soledad para un perro es motivo de estrés y de tristeza, la falta de compañía les genera mucha ansiedad.

Limpieza

La limpieza es otro campo donde se encuentran marcadas diferencias entre un perro y un gato. Aunque se debe aclarar que ambos pueden recibir baños con agua, los gatos pueden estresarse a la hora del baño. Sin embargo, esto no sucede en todos los casos, ya que depende del ejemplar en concreto.

Los mininos tienen la particularidad de que ellos mismos se limpian con su áspera lengua. De este modo, los baños no tienen por qué ser frecuentes, mientras que en un perro hay que establecer un calendario de limpieza que lo incluya.

Docilidad

Los procesos de adiestramiento y domesticación en ambos casos son distintos. Los felinos son unas mascotas que difícilmente se dejarán domesticar, pues estos consideran que deben ser servidos y que los demás viven para ellos. No obstante, con mucha dedicación pueden lograrse avances en la educación de los gatos.

Pasear a tu perro

Por otra parte, huelga decir que en el caso de los perros es manifiesta su magnífica capacidad de aprendizaje, así como la adaptación a las órdenes de su instructor.

Expresividad y afecto

Los perros son mascotas que demandan cariño y mimos. Los gatos, por su parte, son animales domésticos con mucha mayor autonomía y solo buscan afecto cuando ellos lo desean.  Ellos, los gatos, eligen de quién, cómo y cuándo recibirán afecto.

Los felinos suelen también tener un espacio solo para ellos, el cual protegen celosamente. Los perros, en cambio, son mucho más abiertos en este sentido, salvo que existan otros perros en casa.

Cuando pensamos en un perro nos viene a la mente la imagen de un animal juguetón. Los gatos, sin embargo, son mucho más tranquilos y tienen una personalidad bastante especial e individualista. Para entretenerlos se necesita apelar a su instinto de cazadores; los mejores juegos son los que simulan que atrapan una presa.

Diferencias entre pasear un gato y un perro

Se puede decir que los perros tienen, a diferencia de los gatos, mayor necesidad de ser paseados. Los canes necesitan gastar mucha más energía que los mininos, los cuales llevan una vida más sosegada. Debido a esto, a la necesidad de ejercitarse de los perros, es por lo que resulta más sencillo sacarlos a pasear y a hacer ejercicio.

Asimismo, el perro es una mascota más obediente. El gato, por su parte, tiene sus propios ritmos, y por ello querer sacarle a pasear es un gran reto para el dueño. El can por su parte sí sabe que tiene que detenerse si su dueño lo hace, o caminar si es preciso.

Este punto es fundamental en la diferencia entre ambos, porque el perro suele obedecer ante una reprimenda. Esto facilita las cosas en la calle, ante una pelea con otro perro o algún imprevisto. Los gatos, por su parte, salvo que se le haya puesto mucho empeño, no son mascotas dadas a obedecer órdenes.

Adiestrando al gato

Tampoco es una tarea imposible. Si se tiene la inteligencia, la preparación, la paciencia y el tiempo disponible, se puede intentar pasear a un gato. Es recomendable no sacarlo nunca si no está esterilizado o si está en celo.

Es muy importante pasear un gato un lugar donde no haya perros sueltos que puedan perseguirlo. De hecho, lo recomendable es elegir un espacio donde no haya ni personas ni animales, al menos en los primeros paseos del felino.

En definitiva, cada gato tiene una personalidad, y saber descubrirla es todo un reto, así que si bien pasear un gato es algo poco frecuente, tampoco es imposible. Como siempre, es bueno consultar primero con un veterinario, quien dará las indicaciones y recomendaciones necesarias.